¿Sabes cuántas empresas han sido creadas en un garaje? Miles. Algunas tan grandes y disruptivas como Facebook, Google, Apple, Ebay, Harley Davidson o Nike surgieron en un garaje de un pequeño barrio residencial. Parece que los garajes tienen algo especial para inspirar a los emprendedores. En España, en 1997, nacía una de esas empresas que cambian el mundo, una de esas empresas adelantada a su tiempo, una de esas empresas que hacen que el mundo gire. Pero en aquella época aún no lo sabían.
Pilar Álvarez y César Rodríguez fundaban en 1997 MachinePoint y comenzaban su andadura desde un pequeño garaje de Valladolid, que habilitaron como sala de trabajo. Inicialmente la empresa se dedicaría a la compraventa de materia prima reciclada para la fabricación de plástico, pero acabarían convirtiéndose en una multinacional con más de 45 trabajadores y 8 oficinas en el mundo. Y todo gracias a una serie de innovaciones que los han hecho ser únicos.
Ahora que todo el mundo parece haber descubierto el teletrabajo o haberlo inventado, en MachinePoint Pilar ya trabajaba en remoto desde Madrid en 1997 conectada a un servidor central a través de una línea RDSI. Era en una época en la que aún no existía Internet, ni email, ni Zoom, en el que había que trabajar con el teléfono y el fax, sobre todo con este último. A través del fax MachinePoint enviaba a todo el mundo cientos de informaciones, cotizaciones, peticiones, Órdenes de Venta… La mayoría de sus clientes solo disponían de este sistema de comunicación, cuyo coste era de 1€ para envíos internacionales.
Gracias al negocio de la materia prima comenzaron a ver que el mercado de la maquinaria usada estaba completamente fragmentado, así que investigaron más sobre él. Inicialmente era algo residual, pero se dieron cuenta de que, con la expansión Internet, podrían crear muchísimas sinergias y agrupar un mercado tan disperso como era el de la maquinaria.
Tan solo un año después de la fundación de la empresa observaron que la web mostraba un crecimiento lo suficientemente importante como para dar un paso más allá. Será entonces cuando César Rodríguez comience a buscar inversores, y presente el proyecto en Sophia Antípolis, el mayor parque tecnológico de Europa ubicado en Niza. Gracias a esta exposición frente a los ministros de Economía y de Industria franceses, y cientos de inversores internacionales empezarán a llegar los primeros interesados en invertir en MachinePoint.
Era la época de la burbuja de las Puntocom, un período de crecimiento de empresas vinculadas a Internet que se convirtió en una corriente económica especulativa muy fuerte, que duró hasta el año 2001. En MachinePoint observaron que se invertían cantidades desorbitadas de dinero en empresas relacionadas con Internet, así que prepararon un Plan de Negocio para el que necesitaban trescientos mil Euros. Poco a poco se introdujeron en el círculo de las inversiones en Europa y encontraron a un Business Angel, una persona especializada en moverse entre las redes de inversores, que vio futuro a la idea y les guío para encontrar lo que necesitaban. Durante 1999 entraron varios inversores privados que completaron una primera ronda de capital, para culminar el 14 de abril del 2000, en los despachos de Freshfields, en Londres, la última ronda de capital de Capital Riesgo Norteamericano. Y así, trescientos mil Euros se convirtieron en ocho millones de Euros.
Y los consiguieron.
MachinePoint se convertía así en una Puntocom, y en una de las primeras empresas industriales españolas en conseguir capital en la era de Internet. Y en Boecillo se abría la primera oficina de una empresa con un ambiente dinámico, amable e incluso familiar.
Hubo que desarrollar la empresa desde cero, contratando a las mejores Consultoras para hacerlo, y realizando decenas de Planes Estratégicos. La idea de negocio se basaba en la venta de información a través de la web. Cuando alguien necesitaba comprar maquinaria, acudía a MachinePoint, que la ponía en contacto con quien tenía esa maquinaria disponible para su venta.
MachinePoint era un startup con equipo formado por amigos y familiares que crecía al ritmo de la burbuja, que conjugaba la contratación de personal local con grandes perfiles internacionales para guiar los principales Departamentos. Los inversores se ocupaban de buscar esos grandes perfiles para formar equipos de profesionales altamente cualificados y muy globales.
Pero en 2001 la burbuja de las Puntocom estalló. En Marzo del año 2000 el Nasdaq alcanzaba su máximo valor histórico y comenzó a caer. Una caída al vacío que provocó el cierre de empresas, quiebra de cotizaciones, billones de dólares evaporados y millones de inversores arruinados. La mayoría de las empresas Puntocom cesaron sus actividades cuando no obtuvieron beneficios ni disponían de financiación. El boom de las Puntocom provocó billones de dólares en pérdidas desde Marzo del año 2000 hasta Octubre de 2002.
MachinePoint, también se desplomó. Y no fue culpa del negocio, sino de que se habían adelantado 10 años a todos los demás. El mundo no estaba todavía preparado para pagar por información por internet. Se consideraba que Internet era para otra cosa, no para los negocios y, además, estaba todavía en pañales, no había la interconexión ni la globalización que existe en la actualidad, en la que llega a todos los rincones del planeta. El modelo de negocio que MachinePoint creó en 1997 está comenzando a funcionar aún ahora. César fue un adelantado a su tiempo y un incomprendido, pero también un genio, ya que lleva diez años de ventaja a todos sus competidores.
Pero si uno cae diez veces, tiene que levantarse once, así que, en 2003, MachinePoint tuvo que reinventarse. Los inversores se retiraron y César tuvo que recomprar la empresa y buscar la manera de salir adelante. De cincuenta trabajadores se pasó a diez y se evitó la desaparición de la compañía.
Y comenzó una nueva travesía basada en las personas. Durante cinco años MachinePoint transformó radicalmente su modelo de negocio, pasando de una Puntocom, basada 100% en Internet, al modelo que le daría el éxito: la compra-venta de maquinaria para la fabricación de plásticos. Internet sería un canal más de Marketing, Ventas y Compras, una herramienta, no un fin. Se analizaron los mercados más rentables para establecer el pilar del negocio y así nacía una nueva MachinePoint. Y el modelo funcionó, y comenzaron a crecer, pasando en el año 2008 a contar con cincuenta trabajadores.
Y César siguió viendo algo que los demás aún no habían ni comprendido. Cuando la mayoría de las empresas seguían usando el Fax, en MachinePoint se usaban ya tecnologías de videoconferencia y teletrabajo como Skype, videollamadas,… lo que les permitió convertirse en una empresa global, con unidades de negocio en todos los rincones del planeta, con un equipo 100% internacional: rusos, belgas, ingleses, italianos… llegando a tener personas en plantilla que ni siquiera hablaban Castellano y, la mayoría, recién titulados y formados desde el inicio en la empresa.
Además, en MachinePoint comprendieron que la base del éxito era el equipo, así que, para evitar la fuga de talentos, crearon una estrategia brillante. Como decía el gran Herny Ford: “Solo hay algo más caro que formar a las personas y que se marchen: no formarlos y que se queden”, así que cuando el talento quiere volver a su país de origen y dejar la compañía, MachinePoint abre mercado en esa zona, aunque no estuviera previsto en el plan estratégico, e implanta una nueva delegación para ese mercado, para intentar mantener el talento siempre con ellos.
Además, son increíblemente innovadores y flexibles para encontrar el talento de las personas e, incluso, adaptar los proyectos en función de ellas. ¡¡¡Hola disrupción!!!
Y todo esto, recordemos, desde una pequeña localidad de Valladolid, consiguiendo que trabajar allí sea una aventura emocionante, divertida y retadora, dando autonomía en las decisiones y, sobre todo, un entorno seguro en el que el fallo no se castiga, sino que se utiliza como aprendizaje. Cualquiera con una idea, un Proyecto, una inquietud, una mejora, puede proponerla sin miedo aunque pueda parecer una locura. Las grandes innovaciones de la historia normalmente vienen precedidas de ideas a las que la mayoría llamaban “locuras”.
Todas estas virtudes crean una empresa con trabajadores motivados, profesionales, honestos y contentos, que se repercute en sus clientes, aportándoles valor y el servicio necesario para cubrir sus necesidades. Nuestros mejores embajadores suelen ser nuestros propios trabajadores y en MachinePoint lo saben mejor que nadie.
A veces no hay que irse muy lejos para encontrar empresas pioneras, únicas, excepcionales e innovadoras, empresas que están cambiando el mundo y que luchan porque éste sea un poco mejor.
El propio César lo deja bien claro: “Tras tantos años en la industria es emocionante ver como empresarios que empezaron comprándonos una maquinita hace 20 años han ido creciendo e incrementando su capacidad de producción y ahora son importantes compañías. Como empresario me preocupo por mi responsabilidad social, por las 40 familias que viven de nuestra empresa y por el empleo y riqueza que creamos con nuestra actividad. Además, hay regiones en el mundo que se están industrializando y modernizando rápidamente y MachinePoint es un granito de arena más para ayudar en ese proceso de mejora de las condiciones de vida de muchas familias”.
Esto es MachinePoint.